¿Es momento? No lo sé. Lo que sí sé es que frente a este, mi pizarrón de sensación, una vez más vuelvo hoy. "Escaparé hoy de esta prisión y correré hacia el sol". Hoy, hoy es un gran día: soleado. Hoy más que otros días el sol brilla y es el momento en que mi ser salta e intenta saltar desde el avismo imaginario, y en la colina, el borde pedregoso, un ser real se empieza a visualizar; seco, sediento, hambriento y harapiento. Al fondo, allá muy al fondo está el río, ese mismo río en el que espera convertirse en pez y jugar otra vez. Allá la corriente es ligeramente cambiante. Allá el aire se siente debajo del aire y siempre es necesario que tus ojos estén abiertos... tanto, que miren allá cuando todo parece ser normal. Sin parpadear, habrá lugar para que el ser se pueda bañar y no sé cuánto tiempo, no sé a qué velocidad, no sé bajo qué impactos ni sé a quién afectará, pero el lanzamiento está a punto de comenzar. Con cuenta regresiva, lentamente empiezo a respirar mis restos de este aire anormal, que en la vida deja roces de centro y palabras urbanas que seguramente recogerán seres confundidos o casuales, desparecidos o inmortales o mortales o abrumados o abrumables.
¿Ermitaño? Ya alguna vez esa rima pasó por esta esquina, pasaron un par de años... Y bueno, dicen que es un giro esta rueda a la que llamamos vida. Quizá sea momento de que el bosque retome su color, la oscuridad, su sabor y en silencio: su pasión. De nuevo hacia las estrellas apunta la razón, ésta, mi razón, la razón del sinrazón. Bodas de plata se avecinan... serán y son la señal. Cuando las copas se levanten para la celebración, un "splash" se sentirá pero será de pasión: Anormal, irregular, confusa, enredada, extraña pero pasional.
Sólo es el eje sabe cuándo es punto final, cuándo es bungie, cuándo es crack o cuándo es bam...
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