Ser

Ser
Es este un espacio para la interacción entre la realidad de un ser real y la experimentación surreal de un ser virtual...

miércoles

Amor de un ser.

Sí, así ha de suceder en el interior de un ser que en el amor decidió creer.
Sí, ha de costar, ha de ser de difícil...
Sí, ha de armarse éste ser de voluntad, honestidad y benevolencia.
Sí, ha de empuñar aire y pintar sonrisas en la brisa...
Sí, con su corazón apretado, sus labios mordidos y sus ojos mojados.
Sí, con su forma peculiar de ser... Una canción regala esta vez, como lo hizo alguna vez y hará una y otra vez:

"Cómo gasto papeles recordándote, cómo me haces hablar en el silencio, cómo no te me quitas de las ganas aunque nadie me ve nunca contigo"
. Silvio.

Música dactilar.

Y esto del blog ha cambiado. Mirá vé que ahora se ve como más espacio, como más amplio. Es que, verdaderamente, estos manes de Google, la tienen clara. Saben explotarle las capacidades a este sistema de comunicación. Sí que la tienen clara. Pero bueno, yo cuando decidí darle clic en "nueva entrada" no andaba en búsqueda del nuevo diseño de Google en todas sus aplicaciones, desde el Gmail, Blogger y toda esa vaina. Yo vine acá porque este ha sido un día raro, como cosa rara en mi vida, un nuevo día raro. Vaya... Este tiene una particularidad y es que cada vez siento más seguridad en ciertas cosas que otrora me vieron dubitativo. Caí, me paré y de repente resbalé.Y así, otra vez. Luego, las heridas parecieron sanar, me levanté y cuando me disponía a despegar, de nuevo al piso; otro que muerde el polvo. Ahora, ha sido extraño, ha cambiado un poco. Ahora, pese a que veo en el camino cáscaras de banano; de esas que son bien resbaladizas, a pesar de que veo algunos huecos y a pesar de que los recuerdos me incitan e invitan a retomar, he decidido no mirar hacia abajo y seguir el trayecto. A veces, cuando camino y por ahí leo alguna postal me vienen recuerdos... sí, es que también hay que decirlo, cada vez que caí viví bellos momentos. ¿Entonces por qué decís que caes si vivís buenos momentos? se podrá preguntar. Pues no... Cuando digo "caí" es porque de fueron de esos momentos que surgen a partir de las esperanzas que uno, en medio de su egoísmo, afán y quizá también esperanza misma y costumbre de soñar, se arma. Y es que es lindo estar esperanzado... y levantarse y creer y sonreír y escribir, y cantar y enviar mensajes y leer comentarios y revisar perfiles y llamar y citarse y salir a dialogar, y caminar... ¡Y tantas cosas! Pero es que sí hay que decir algo en honor a la verdad.. Es caer cuando te esperanzas en alegría partiendo de infelicidad. Sí, es la verdad. Es caer, y caer bien bajo. Ya... no podés pretender esperar a que tu alegría sea la misma día a día, a sabiendas del infortunio de los demás... eso está mal, por eso digo que caí. Y caí varias veces... En nadie podrás encontrar lo que no sale de vos, en nadie. Ahora, con la bendición del Universo que siempre protege mi camino, que siempre me da respiro, con la Luna de testigo predilecto, dándome su luz y con la compañía del Sol que nace desde adentro, quiero que mis ojos dejen de pensar en retroceder. Quiero tener siempre presente qué es caer. Y nunca dejar borrar la huella que me llevó a elegir, por primera vez, la búsqueda hacia donde nunca caminé. Elegí recorrer nuevos senderos, creo y siento que me hace y hará bien. No más moneditas al aire y que lo decida el viento si pone la cara y de una vez le estampa el sello No más. Dejaré a la novocaína y morfina musical que logren ese efecto que me ayuda a no olvidar pero sí superar. Así, marcho con las alas abiertas nuevamente a entregarme al viento, sus menesteres y sensaciones... Un pare, un prohibido, un candado, todo se puede echar al olvido si se juntan las manos, se agradece lo recibido, lo aprendido y se sueña con el camino que falta y las cosas que aún no se han vivido. Ante todo: gracias.

jueves

El perro y la gata.


Y se acercó la Gata al Perro, aún tenía la cabeza gacha y venía dubitativa. No sabía si hablarle pese a que quería. No sabía si alejarse con todo eso que sentía. Es que el perrito la quería tanto. Ella sabía y lo más difícil era que le creía. Eso era lo que no lograba superar. Se decía: Si fuera otro, ya lo hubiera despachado, cierro y se acaba, pero es que me ama... y me ama de verdad. ¿Y cómo hago yo? Yo que tanto pedí a la vida rodearme de amor... yo que hace mucho tengo amor... También lo quiero, quizá lo amo pero no como él a mí. ¿Qué hacer?

El perrito seguía ahí sentado con sus ojos entrecerrados pues la brisa le daba en el rostro. Seguía, mirando hacia el horizonte ¿O en dirección de la gente? Ella, de a poco se acercó, le tiró unos pedacitos de comida que el perrito no ingirió y se seguía acercando. El perrito no giraba su cabeza para verla pero ambos sabían que estaban cerca. De repente, cuando hubo estado lo suficientemente cerca no atinó más que decir: Miau... y lo miró con su sonrisa tímida, esa que al Perrito había enamorado.

Él la volteó a mirar. Se quedó un segundos. La contemplaba, ahí estaba ella, gatita hermosa, siempre serena, sabia, bella. Ahí estaban sus ojos profundos como un mar que parecía ocultar los más valiosos secretos de la humanidad. Había logrado despertar en el perro ese motor desde donde se dice: se llega a amar. Sin embargo, él seguía impávido, callado. De repente respondió al maullido: Sí, podremos ser amigos, sabés que te amo pero deberás darme un poco de tiempo para entenderlo. Giró la cabeza se paró sobre sus cuatro patas y se marchó. Al fondo, por allá a lo lejos se oían los ladridos, tan vivos como el latido de un corazón.