Ser

Ser
Es este un espacio para la interacción entre la realidad de un ser real y la experimentación surreal de un ser virtual...

viernes

¿Pre-Pro? posición.


Apreciado amigo lector, ante todo mi agradecimiento por tomarse el tiempo de pasar por acá hoy.

Ahora bien, permítame hacerle una cordial invitación. Le propongo que realice conmigo una dinámica, ejercicio, juego, o como prefiera llamarle (la intensión es elevar su deseo de realización). Quizá sea interesante, quizá no, quizá incipiente como su estadía aquí o mi redacción ahora. No obstante, sólo al terminarlo podremos encontrar una respuesta o algo que se le parezca.

1) Levante la mano izquierda si se siente vivo

2) Levante la mano derecha si se sienta real.

3) Regale usted al aire un segundo de sus manos suspendidas en él.

¿Se da usted cuenta? Sin el teclado y el mouse también hay vida; real.

-Nosoyunivalluno.-

lunes

No deben llorar



Un medio día se sentó en una nube a escribirle a las estrellas. Las veía. La tarde resplandecía y sus letras acompañaba con tarareos. El sol servía de guía mientras el camino del universo recorría. Nada quería más que sonreírle a la vida y había aprendido que desde su corazón todo fluía. Miraba con dulzura el río que con su calma se dirigía desde la gran montaña hasta el pequeño orificio que servía de hogar a hormigas y arañas.

Luego, a la noche dio la bienvenida, ahora las estrellas no sólo le servían de compañía sino que daban luz al firmamento de la vida. Él empezó a mirar la Luna que parecía llegar a su encuentro, la miraba y escribía, ella, permanecía escondida entre árboles y rayos solares que al final de la colina se escondían. Decidió caminar un poco para no prolongar la espera ni molestarle a ella. Su camino se hacía oscuro y pantanoso. Sus píes se quedaban pegados en el barro de un tejado y por la ventana de un auto miró un violín que le sonreía y erizaba el cuerpo. Fue el día. Sin darse cuenta se encontró con el Sol en su cabeza y con una nueva nota para la Luna escrita con la pluma de un águila que se echó a jugar con el viento ¿Escribía a las estrellas?

Sintió bajo sus píes el viento, un camino helado le jugueteaba con el tiempo, a su alrededor todo era hielo. Quiso caminar... el pantano que antes pisó y le estancó, se convirtió en hielo por el que se deslizó. Recordó que alguna vez caminó sobre el agua y vio una rana parada en una hoja al lado de un pelota de hielo que estaba partida a la mitad y tenía forma de sandía, además de un orificio pequeño por el que saldría un ser pequeño con un pedazo de pelo y unos grandes ojos. Él se acercó. Aquel ser que acaba de salir por el pequeño orificio helado, tomó la cabeza de una bola blanca y miraba su rostro, le acarició. Él, al ver todo esto se acercó y cuando estuvo lo suficientemente cerca, se detuvo. Miró los ojos de aquel ser, parecía tener la cabeza sostenida con un pedazo de pelo, éste le miró, era un "ella". Ella, tenía ojos grandes, muy grandes y tenían rastros de lágrimas que se habían convertido en hielo. El tomó su rostro sin hablar mucho, ella tomó su mano y le llevó por el pasillo blanco, helado, largo. Aquella bola de pelos que estaba con ella cuando él llegó, rápidamente empezó a correr. Ambos le siguieron y atravesaron de la mano de uno y otro, montañas de hielo, ríos de hielo, corazones de hielo, hielo. Llegaron a un lago sin hielo, líquido. La bola de pelos detuvo su marcha, al alcanzarlo, lograron observar unas pequeña silueta de otra bola de pelos, mucho mucho menor que se perdía con el viento. Ella, abrazando la bola de pelos, levantó la cabeza y miró a él, habló: No deben llorar.