Ser

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Es este un espacio para la interacción entre la realidad de un ser real y la experimentación surreal de un ser virtual...

miércoles

Doña Juanita y Simón.


Caía la tarde y se escuchaban a lo lejos las gaviotas que atravesaban el cielo. Estaba Doña Juanita sentada en su sillón rojo, siempre al lado de su mesita café. Por debajo de la mesa, encima de la cama y al lado de la ventana se paseaba Simón. A pesar de que era bastante tranquilo había momentos en que parecía casi perder el control y su maullido dejaba escuchar en reiteradas ocasiones. Doña Juanita dejaba caer un poco sus enormes gafas y veía cómo revoloteaba Simón. "Loco... a Feliciano no lo queres cazar, a mí no me engañás Simón, lo amas ¿No ves que son el uno para el otro" le decía mientras apuntándolo con su dedo se ponía de píe. Metía sus pies en sus sandalias blancas y caminaba lento hacia la grabadora negra que había heredado de su padre. Siempre estaba al lado de la grabadora un cassete que tenía una cinta blanca en la que se leía: "El Ratón Feliciano". Ella buscaba entre todos, bajaba la caja y leía: "Héctor... la Fania, Celia, Sonora, Daniel... ¿Dónde estás? ¡Acá estás! y ahí estaba, siempre al lado de la grabadora. Luego cuando se le veía volver hacia el sillón, alcanzábase a oír un ruido parecido a la lluvia y de repente, como por arte de magia, un piano entraba en la casa, seguido de una armoniosa voz que decía: "Mi gato se está quejando..."

Doña Juanita sonreía mientras volvía a su sillón. No acaba de acomodarse y Simón ¡de un salto iba a parar sus piernas! un par de ronroneos y como un trompo se enrollaba.

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