Ser

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Es este un espacio para la interacción entre la realidad de un ser real y la experimentación surreal de un ser virtual...

domingo

Sobre la fuente de inspiración y la obra final.

No todo lo que se piensa se dice, como no todo lo que se escribe se entrega, por lo menos no a alguien más que quien lo escribe. A veces pasa también, que la inspiración se ve cuasi relegada junto al resultado final. Se da ese encuentro entre la fuente de inspiración y la obra final, y suceden muchas cosas. A veces se tiene conciencia de quién ha generado inspiración para la construcción de la obra final, pero ¿Se sabe cuándo se ha oficiado como una fuente de inspiración para la ejecución de alguna obra?

Las esencias intergalácticas de estos dos mundos que representan la obra y la inspiración intentan compaginar. Se da ese encuentro que a veces resulta mágico y en cada lugar hay millares de emociones para expresar. Quien ha creado todo este escenario, atestigua semejante acto universal con maravilla, excitación y esplendor. Las hay de aquellas veces en que se puede observar a la mismísma fuente de inspiración, exaltando la obra final de tal forma que su propia magnitud se empieza a achicar cuando se acerca a la obra pese a haber sido quien inspirara. Aunque está claro que podría desconocer también la misma fuente de inspiración que en dicha obra ha oficiado como tal, razón por la cual, con la naturaleza habitual de quien no tiene necesidad de usar preconceptos para calificar lo que está observando, se permite manifestar cuanta sensación tenga, haciendo de esta una inmejorable escena previa para la sublevación artística. Como decía antes: se eleva a la obra final hasta una cúspide tan alta que quien asumió su autoría en algún momento, decide permitirse dejarle volar y así evitar el encadilamiento de su radiante aura que se expande por todo el lugar a medida que se eleva y se va, y se eleva y se va...

Inspira, espera. Eleva y le ve volar. Y quien su autoría asumía debe volver a su cueva habitual a procrear: A parir nuevas vidas.

2 comentarios:

  1. Pues la verdad sea dicha, es la obra final muchas veces el producto de la conjugacion de aspectos como lugar, espacio y tiempo correcto, donde la autoria nos compete, sin desconocer y dejar de reconocer que la fuente de inspiración cumple un papel importante sin importar, su forma, su esencia o su naturaleza, pues aunque no lo parezca es ella en muchos casos de manera silente coautora de la obra final, de la cual tenemos derecho de propiedad limitado, pues al permitir que esta (la obra final) tome vuelo, ya es de todo aquel que la aprecia, la atesora, la comparte o incluso la plagia, porque permite que su vuelo llegue más lejos de lo que alguna vez lo pudieramos haber imaginado, esto hablando de toda obra final que alcanza la luz; porque otra historia es la que tiene que vivir aquella obra final, que por nuestro temor, nuestro egoismo o simplemente nuestro descuido entre muchos otros aspectos que tal vez se me escapan, nunca sale del oscuro tunel del anomimato y no puede entonces volar, tan solo y sencillamente porque antes de volar ya le hemos cortado las alas y por siempre le condenamos a vivir en silencio en aquella cueva donde gestamos, procreamos, damos a luz y en ocasiones asesinamos el producto de nuestra fuente de inspiracion.

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    1. ¡Excelente análisis Charly Julius! Mil gracias por tomarte la molestía, no solo de leer sino además de escribir y plasmar tu reflexión. ¡Bienvenido sea el intercambio de impresiones!

      ¡Un abrazo fuerte y nuevamente grazie!

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