Un día sin fotografía.

Y de nuevo aquí...

Es común encontrarse con una canción capaz de definir tu situación. Bueno, por así decir: ese estado de animo en que te encontras a veces, por momentos. Y sí, la escuchas y la volves a escuchar. Y sí, imaginas, reimaginas. Das uno o dos pasos, dibujas, sonreís, volas. Si no es tan agradable ese costado de tu sensación, todo es así, igual pero al opouesto. Y vos decís y te decis: Ajá, esto sí. Ajá, así es o será.

Bueno, todo eso es normal, para bien o para mal, normal. Y qué decir cuando tu situación hace que se mezclen dos canciones y que además sean totalmente opouestas. Es como que estás en una balanza en la que, así quisieras no podes tomar parte. No te podes tirar acá o allá. Ves que para algunas cosas soles tener dótes de ser "maduro", como la define la sociedad actual, pero para otras no sos mas que un infante de cualquier barco que espera zarpar.

Buscas entre letras..."cogerte de la mano y llevarte a pasear, tenerte muy cerca para poder suspirar" y esa voz suave se mezcla con la ronca voz de un fumador y poeta empedernido que te dice algo..."Ella dijo que te vaya bien y le dije buena suerte y hasta luego". Y vos te pones a escuchar y escucharte y miras todo y en ese todo estás vos, ahí mirando, escuchando, a la expectativa. Con todo a tu alrededor y tu soledad que se puede convertir en un todo. Y vos que lees y por momentos te sentis dueño de esta mano que redacta lo que le fluye, haces que esta, como otras, sean letras sobre un bidét que por momentos te recarga la energía, potable, pero que también te puede maltratar, seco.