Ser

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Es este un espacio para la interacción entre la realidad de un ser real y la experimentación surreal de un ser virtual...

miércoles

Loores a los Aros.




Es... demasiado dulce. Como tentanción de vitrina. Y de repente, cuando tu deseo delincuente impera en la mente: ¡Crack! el vidrio se rompe. Ahora todo es diferente. Eso que veías danzar ahí, tan cerca pero tan lejos ya está acá. Eso que era como de cristal, como una sagrada escritura... sagrada e inmaculada, ya está manchada, mejor, está dispuesta a ser tocada. Tiembla con dulzura y desde adentro el arremolinamiento estremece el viento, se te pone dura. La lagartija se arrastra por el suelo. Es apenas una bebita pero su deseo de explorar le grita. Vos ansioso estás por sacarle una lagrimita. Le hablas en voz baja y la sentís cada vez más cerquita. Antes estaba sequita, ya no tanto. ¿Se espantó? No, sigue ahí. Cada poro se excita. Sigue ahí, como en la cima... suavecita, fresquita. Y ahora vos que cerrás tus ojos, levitás.

Era el destinado y preferente destinatario, ni mercenario ni corsario, mejor un participante e invitado honorario y quien no prefería dar tiempo al horario. Así se le conocía y así era como él prefería que se le imaginara, además, siempre se murmuraba y murarará, cosa que con el tiempo poca importancia tendrá. Sus mezclas predilectas solían resultar como frutas frescas en el edén de la pesca. Como un codazo entre los que de algo han hablado y luego lo tienen de frente. Susurros con disimulo y exhalaciones repentinas.

Sí, a él no se le pasaba nada. Ya había puesto la musiquita. ¡Ja! Ahí estaba con sus labios a medio doblar, su sonrisa picarezca, esa misma con la que lograba que la Paloma crezca y esa misma con la que lograba que el amanecer aparezca -y desaparezca- entre el nubarrón que en su cabeza para la paloma gesta. Ahora estaba ahí en el aro, haciendo que el temor desaparezca y abriendo el regalo sagrado: la cesta. Y vienen y van sus peculiares amagos; con el entra o no entra...

Ahora los veía, ahi estaban. En su brazo, en su bolsillo, en la mesita que tenía al lado y en la pared, sobre todo ahí, en su pared, pulcra para efectos de la causa. Ahí van segundero y minutero. Siguen, como hace largo rato, correteando y correteando; capaz que se la pasan en eso el día entero. Ahora, el dolor y temor se cobijan de pasión y se bañan de sudor. Ahora la calma llega a su palma y de a poco aire inhala, exhala... abre los ojos. La Paloma se siente diferente, más abierto el presente y también el horizonte. Una menos en sus estampillas y otra más para las cosquillas que gestarán los recuerdos de sus rodillas.Sonríe. Las alas largas de par en par se despliegan. Pareciera que nace de una cabeza y le da paso al olvido de la nobleza; borrón y cuenta nueva. Y así, lo permeado de a poco se seca. En el ambiente respira un calor matutino, pese a que en pocas horas la noche entra y su rostro está atento al momento en que, con su lente capturará el instante de la nueva flor silvestre, que se florea para su mejor postal; húmedo recuerdo se plasma en sus mentes.

Y decían que la ponía en un pedestal...
y sí, es que entre más alto se eleva más profundo entra.
y sí, es que también ha de bajar,

y así, su levitación tendrá final.

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