Ser

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Es este un espacio para la interacción entre la realidad de un ser real y la experimentación surreal de un ser virtual...

miércoles

Un pescado rabioso saborea una almendra

Ya no es extraño y de a poco ni extraño ya. El tiempo me cogió entre los algodones del calor combativo, de ese que se enfrenta de cara al frío. Me cogió con el plato en la mano, la comida en las papilas gustativas y así, casi de repente, ese fino punteo de guitarra que otrora me apaciguó, hizo que el gustito de las gustativas y la ansiedad de la digestión se convirtiera en disgusto, frustración y hasta depresión. Lo confieso, como tantas cosas confesé antes: anhelé con fuerza verle alguna vez. Lo había estampado en mis planes, esos que armo en la soledad de mi cabeza o la compañía del ruido; bien sea un estruendo o algún sensacional fluido sonoro. El flaco... genio.

Y mirá vos que el día se hace extraño, decía que ya nada es extraño y que pienso en cómo se hace el día y de repente veo ése mensaje que me conecta con aquello a lo que de una y otra forma he intentado transitar con sigilo. "Somos seres humanos... sin saber lo que es hoy" Perdonarán pero en esto que dejo acá, quizá -y guardando las insalvables diferencias- a modo de confesión, como diría Cioran, verán lo que ven en este momento mis oídos. Gracias por entender nuestra frustración, la de ellos, la mía, la de mis sentidos. Y puntea... y puntea... lindo que sonás genio. ¡Y es que mientras muchos se desgastan y putean, él, el inmenso flaco cierra los ojos y puntea: "Plegaria... para un niño dormido..." Y mis ojos casi se ponen blandos, como aquellos ojos de quien sabe que está viviendo el futuro frustado: un presente que me mirá de frente y me dice: no se pudo, ésta vez no se pudo. Y sí, lo acepto, aunque a regañadientes, pero lo acepto. Espero, como que se me está haciendo costumbre - fea costumbre por demás- aquello de esperar. Una espera que como tantas, deberá no desesperar.

De cuántas otras cosas podría hablar, y siento el color humano y me dejo llevar... Ahora que lo veo, es la primera vez en este nuevo giro que la tierra emprendió algunos días atrás (casi un mes y pedazo) en donde me veo frente a esto, ¿Será que me he guardado o será que me veo en otro estado? No sé, no sé nada. Sé que el Flaco me llamó, vine, me encontré con él, me sonrió, le sonreí y agradecí su grandeza, se sonrojó y me recordó antes de marcharse que la conciencia hay que conducirla, y sobre todo que, si voy a conducir no debo beber.

También te quiero mucho Luís.

"Beso mares de algodón
sin mareas, suaves son
sublimándonos, despertándonos
Somos seres humanos
sin saber lo que es hoy
un ser humano
Vida y sangre sin ardor
no hace falta, hay calor
no miremos hoy, descansemos hoy
Vemos todos colores
sin saber lo que es hoy un color..."