¿Viste que a veces pasa que se sonoriza tu propia vida? Que, de repente, te encontrás con canciones que estampan momentos. Que ves en el tiempo el paso de las almas, de la vida, por tu vida.
¿Viste que a veces pasa que se sonoriza tu sonrisa? Que, de repente, te encontrás con el instante que dibuja en tu alma el reflejo de la armonía. Que unas letras te sensibilizan, suaviza, la existencia.
¿Viste que a veces pasa que se sonoriza tu llanto? Que, de repente, te encontrás con maniobras acuáticas en tus mejillas, lágrimas pequeñuelas que se abren pasa en los pómulos de tu alma. Que cantas, y recuerdas cantar.
¿Viste que a veces pasa que se sonoriza tu silencio? Que, de repente, te encontrás con tu vida en retrospectiva, proyectando una perspectiva. Que se yergue una fuente en tu interior, que crees entender, y te queda agradecer.
Es llegar para estar y marcharse para seguir, es vivir.
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